Pareciera que es la misma imagen de siempre,
como si fuera aproposito,
yo sentado en el banco de costumbre
a metros de la parada del colectivo,
las mujeres esperando a sus parejas
que las recojen en sus autos,
y vos dentro de tu aula
claro, es un momento normal,
nada extraordinario, ni especial,
pero la situacion cambia rotundamente
en tan solo un rato
porque en ese instante
vos ya no vas a estar en tu aula,
yo no voy a estar esperando
en este banco de costumbre
a metros de la parada del colectivo,
sino que estare en mi casa pensandote,
habra menos mujeres aguardando por sus parejas
que se acercan en sus autos
y entre las que queden vas a estar vos,
con tus atuendos que hace un rato
tuve la oportunidad de observar,
con tu sonrisa inigualable que hace un rato
me la regalaste mientras me mirabas,
y que por suerte, nunca la perderas, ni lo permitire,
y con tu cuerpo, con esa orografia
a la espera de aquel con su auto
como todos estos afortunados y te recojera
y seguramente terminaran la noche y comenzaran el dia,
sin duda es el mas afortunado entre todos nosotros,
y sin duda yo estare en casa atento al reloj,
luchando contra mi masoquista imaginacion,
y deseando con locura tener un poco mas de fortuna,
o al menos, tan solo, tenerte a vos
en mi comienzo del dia y fin de la noche, y abriendo el mañana,
es decir, simplemente tenerte a vos conmigo.
Pablo Pontoriero
